El papiro: hoja de una planta que crecía a la orilla del río Nilo. Era un material durable y de calidad como lo demuestran las ilustraciones que han llegado hasta la actualidad. Las tiras de las hojas se unían y alcanzaban hasta seis o nueve metros de largo.
El pergamino: Elaborado con piel de oveja, cabras o terneros. La piel se lavaba, se le sumergía en una solución de cal para quitarle el pelo y se raspaba e igualaba por ambos lados. Después de una esmerada preparación se escribía sobre ella.
El amate: Utilizada en los pueblos de mesoamérica y confeccionado con la corteza del árbol. Con él se elaboraron los libros pintados o códices que tanto sorprendieron a los conquistadores españoles al llegar a la gran tenochtitlán.
La creación de las bibliotecas era la garantía de la permanencia y durabilidad de los textos escritos en estos soportes. En la antiguedad fue famosa la biblioteca de Alejandría y en la edad media, las bibliotecas de los monasteríos.
Eso es ingenio humano, pero maravilloso, deberiamos utilizarlos.
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